Si hay algo que me jode de verdad es que cuando la tarde languidece renazcan las sombras...

POR RUTAS IMPERIALES. Logroño-Guardo. 320 Kmts.

Miercoles 15 de Agosto 2007
LOGROÑO-NAJERA-BOBADILLA-EMBALSE DE MANSILLA-SALAS DE LOS INFANTES (N-234)-BURGOS-N263/N267 AGUILAR DE CAMPOO-CERVERA DE PISUERGA-RUTA DE LOS EMBALSES (P-210)-GUARDO.

Resumen rápido del día; dos tramos de primera clase y primera cagada del viaje: me salto un cruce que nos priva de la mitad del recorrido por la Sierra de la Demanda, uno de los puntos marcados como imprescindibles ya antes de empezar la ruta. La sensación de fastidio queda un poco mitigada por la belleza del recorrido que hacemos gracias –o a pesar- del fallo. Esto ocurre ya bien avanzada la mañana en que nos levantamos en Logroño. Por ser la primera noche del recorrido y estar aún descansado, o por la impresión de ropa nueva que da despertarse en una habitación de hotel por primera vez en esta ruta, me entra el hormigueo y salto de la cama mas bien temprano; me parece poca y gris la luz que entra por la persiana casi bajada y me sugiere un día nublado - casi me alegro, recordando el calor asfixiante del día anterior-, pero al bajar a la calle me encuentro con una espléndida mañana fresca y el sol todavía muy bajo, y una tranquilidad total, con todas las puertas de los bares cerradas todavía, que resulta sorprendente tras el animadísimo ambiente de la noche anterior. Como he quedado a eso de las nueve y media con la propietaria de la pensión para sacar la moto del cuartillo que tiene al lado de la puerta de entrada donde se ofreció a dejarla guardada –la introducción de semejante elefante por una puerta de 55 centímetros y con un escalón de un palmo de altura, resultó épica- y son poco más de las ocho, empiezo a pasear despacio para sacudirme de encima la resaca del calor y la cena del día anterior y buscar algo abierto para tomar café. No resulta tan fácil como creía; por lo visto, en Logroño hay tanta afición al tapeo y copeo nocturno como poca por los desayunos fuera de casa; siendo como es, encima, 15 de agosto y festivo, me toca cuadricular buena parte del casco viejo y llegar al paseo frente a la catedral (concatedral, me puntualizan un paisano y el folleto de información turística) para encontrar una cafetería en orden de uso. Café solo, voces de gente y estruendo de molinillo. Todo vuelve a ser como debe.


De vuelta a la pensión me encuentro con el padre de la encargada, con el que supuestamente hablé por teléfono el día anterior. Me pregunta si soy el de la moto y se lo confirmo –bajo dentro de un rato a sacarla, le digo-. En la habitación, Tona no está de muy buen humor. El silencio de la calle hace rato que no es tal; han levantado las persianas de algunos bares –no hay costumbre de engrasarlas, para qué...- y los dueños hacen las cosas que no vemos nunca los que vamos a los bares a las horas en que hay que ir. Son cosas ruidosas y, por lo visto, dignas de ser comentadas a grandes voces entre ellos; la calle es estrecha y, en la habitación, que da directamente encima, atruenan como el buga de un neng un viernes por la noche. Desprendo como puedo a mi costilla del techo, donde está aferrada con uñas y dientes, y me dirijo con ella a la cafetería donde con café y cariño recupera su acostumbrado carácter dulce y afable.
Durante la noche he tenido pesadillas con lo de sacar la moto del cuarto; he visto la moto, abollada y sólidamente encajada en el marco de una estrechísima puerta, sin posibilidad humana de moverla de allí sin el auxilio de una cuadrilla de albañiles. Pero la realidad es que sale con toda facilidad, mucha más que para entrarla y sin necesidad de vaselina alguna. La dejo bien aparcada en la calle, sobre su caballete, y me voy al váter a toda prisa. Que descanso.
Salimos de Logroño empezando a apretar ya el calor, en busca de la N120 que nos ha de llevar a Nájera, donde está el cruce con la LR113, en dirección a la sierra de la Demanda. Viene marcada en verde en el mapa y nos adentra en una reserva de caza, con abundancia de curvas. Quin bon rotllo.
En el rutómetro que me he hecho he marcado el cruce con la BU820, una carretera blanca también marcada en verde, que atraviesa en dirección norte toda la sierra hasta enlazar de nuevo con la N120 ya muy cerca de Burgos. Veo el desvío donde corresponde, pasado Barbadillo de Herreros, pero me parece tan estrecho y empinado, con una curva cerradísima, que lo confundo con el acceso a una finca privada. Me doy cuenta de la cagada unos cuantos kilómetros mas adelante, pero la carretera sigue siendo, como en todo el tramo que llevamos desde la nacional, bellísima. Así que paso de todo y decido confiarle al navegador la llegada a Burgos. El cacharrillo busca desesperadamente una autopista, a poder ser de peaje, o en su defecto una carretera recta y saturada de tráfico, pero contradiciendo sus instintos mas bajos nos lleva por una ruta preciosa –aunque bastante mas larga, eso sí- hasta enlazar con la N234 a la altura de Salas de los Infantes. Mas tarde, ya cerca de Burgos, se convierte en autovía.
Burgos tiene una grandiosa catedral gótica y unas afamadas morcillas, pero no tiene circunvalación. Afortunadamente, tampoco tiene grandes dimensiones, pero el municipio, previendo astutamente una gran afluencia de inmigración y el consecuente crecimiento demográfico y, por lo tanto, urbano, ha dispuesto una cantidad absolutamente desmesurada de semáforos y convertido sus más amplias avenidas en calles de sentido único, consiguiendo que el turista de paso tenga la impresión de atravesar Pekín en día de mercado. Si a ello añadimos que a Burgos llegan –y de ella parten- un total de ocho carreteras nacionales –tres de ellas autovías- y una autopista de peaje, el resultado es que hacemos una larga y detallada visita de gran interés a los polígonos industriales que rodean –mas bien, acosan- la ciudad hasta pillar la N623 dirección Aguilar de Campoo.
Antes de llegar al desvío de la N627, pasado el puente que cruza el río Ubierna, aprieta el hambre y es cosa de buscar sitio. Nos acercamos a un edificio grande y feo, a pié de carretera, con un enorme cartel pintado en la pared en el que pone BOCADILLOS – RACIONES. Tona entra a ver si hay mesa y, mirándola extrañados, le dicen que en ese establecimiento no tienen restaurante ni sirven ningún tipo de comidas. No sé, igual deberíamos probar en otro donde ponga en el cartel CASA DE PUTAS – AQUÍ SE VIENE A FOLLAR. Unos kilómetros mas adelante, aun antes del cruce, vemos algo que parece una cantina bajita y achaparrada, esta vez con algunos coches aparcados a la puerta. Desde fuera, por la ventana, ya se ven las mesas, muchas de ellas ocupadas por gente que parece estar comiendo, lo que nos devuelve la confianza en nuestro fino instinto de viajeros y entramos. Ensalada fresca, variada y crujiente. Una perdiz escabechada –me pregunta la camarera que si la quiero caliente o templada, pregunta sensata y que denota buen gusto-. Pollo de corral guisado, un poco duro. Melón y flan casero. No hemos fallado.
Atravesando Aguilar de Campoo tomamos la CL626 hasta Cervera de Pisuerga, donde buscamos la carretera blanca marcada en verde en el mapa que da un largo rodeo para llegar a Guardo. Aquí lo llaman la ruta de los pantanos. Recorremos la carretera en dirección oeste, cogiendo bastante altura, cruzando varios ríos que bajan desde el norte y rodeando un embalse tras otro. El paisaje bueno, sin ser espectacular, aunque resulta muy impresionante la visión de varios pueblos al pié de los inmensos paredones de las presas de los embalses. Demuestran los habitantes una enorme resignación o una descomunal confianza en la ingeniería hidráulica de este país. Yo no podría quitarme el chaleco salvavidas de encima ni de día ni de noche.
En lo que nos concierne, el aspecto moto, la ruta es absolutamente recomendable; se parte de una buena altura, curvas en gran abundancia, y casi todo el recorrido es un descenso vertiginoso con asfalto dudosillo pero muy, muy rápido. Da hasta un poquillo de miedo pero es justo lo que siempre andamos buscando. La moto, como una furgoneta sobre dos ruedas, avanza rauda con unas tumbadas de espanto. Es cosa suya, nosotros solamente la llevamos a los sitios y ella hace lo que le apetece, pero consigue acojonarnos un poquito a los dos. Llegamos a Guardo cansados pero con bastante adrenalina circulando por nuestro cuerpo.
Hemos elegido Guardo como fin de etapa a boleo, únicamente por su situación en el mapa, esperando que fuera un pueblo más de la zona. Pero no esperábamos encontrarnos con una central térmica a la entrada del pueblo. En fin, dada la hora y el estado físico, nos adentramos en el pueblo buscando el centro. Aunque de ambiente industrial, no resulta después de todo tan deprimente como suponíamos a la vista de los enormes hornos humeantes de la central, pero no puede decirse que tenga el ambiente de Logroño en fiestas... nos detenemos en una especie de plaza-paseo, amplio y feo, y hago una primera incursión en busca de cama. En la carretera de entrada al pueblo, junto a una nave industrial, hay un feísimo edificio estrecho de cuatro plantas con un cartel de Pensión en la fachada. Empujo una estrecha puerta de aluminio y veo un oscuro y empinado tramo de escaleras. Una hoja de libreta pegada con chinchetas en la pared tiene una flecha dibujada señalando escaleras arriba –bastante absurda, no se puede ir en ninguna otra dirección- y junto a ella pone “Pensión – Tercer piso”. Entre deprimido y acojonado por la perspectiva de subir un montón de bultos por esa escalera, salgo disparado sin pisar un solo escalón y le digo a Tona que nos acerquemos al hotel que hemos visto en la carretera, justo a la entrada del pueblo. Es un edificio sobrio, pero majo. Tiene una terraza con sombrillas y mesas de plástico, que le da un puntillo lúdico, y una amplia explanada pavimentada frente a él en la que están aparcados algunos coches y un poco mas retirado, un camión. Esto pinta mejor.
Resulta ser un buen hotel, si no exactamente un hotel bueno. Funcional, amplio, con ascensor y todo. Se llama Hotel Montaña Palentina y nos ofrecen sin problema alguno habitación grande y cómoda por 50 leuros. La moto descansará a cubierto y bien cerrada en el garaje. Tira p’arriba.
En la cafetería del hotel probamos el Ballantines de la zona. Abundante, en vaso bajo y de buen sabor. Fuera hace a estas horas un frío que pela, no invita al paseo. En el comedor adosado a la cafetería, consomés para los dos y un surtido de ibéricos a compartir. Ligero y muy reconfortante. A la cama.

COSAS NOTORIAS DEL DIA:
-Logroño tiene concatedral. Será más que una catedral? ¿menos?
-Cada 15 de agosto, a eso de las nueve de la mañana, le da un ataque de histeria al encargado de las campanas. Parece que es tradición.
-Por Burgos, y en general, por sus alrededores, hace un frío de cojones aunque estemos a 15 de agosto. Le preguntamos a un paisano por el verano y nos dijo que este año fue estupendo, cayó en viernes.
-Una BMW GS 1200 pasa por una puerta de 75 centimetros de anchura, incluso con un escalón de un palmo de altura. Solo es necesario sacar las maletas, una dueña de pensión especialmente cabezona y unas ganas desaforadas de que la moto duerma a cubierto. Si nó, no vale la pena.

Carta fundacional de El Abejorro (Marzo de 2007)


Bambus agrarum


Según todos los estudios realizados en el tunel del viento, y atendiendo a su peso, aerodinámica, superficie de las alas y velocidad de batida, se sabe de forma fehaciente que el abejorro no puede volar.

Solamente un empecinamiento absoluto y una gran determinación, complementados con una ignorancia babuínica sobre los estudios realizados al respecto, permiten al animalillo himenóptero desplazarse de A hasta B (B +/- 15 mts.) sin embarrarse las patillas.

Armados de esa misma determinación y de un grado de ignorancia similar acerca de las más elementales leyes de la dinámica, amén de un número suficiente de medianas ingeridas, respondimos con entusiasmo al nuevo (que no último) reto de Lema:¡¡¡ HAGAMOS UNA RUTA OF-ROH !!!
¡Que cosa mas bonita, apañeros¡¡¡ En cosas como ésta consiste ser motero: cinco apuestos gañanes, palmeando ruidosamente la mugrienta mesa de esa tasca motera, al tiempo que expelíamos todo tipo de ruidos por los más variados orificios corporales, enarbolando birras, largando amarras, arremetiendo trinquetes… la concurrencia femenina del local, escasa, ovulando de placer ante el esparramo hormonal exhibido, los pezones como pistachos...

¡¡¡DONDE Y CUANDO!!!

Como un solo hombre, móviles en mano con la agenda erecta, nos conjuramos para el 4 de marzo de 2007, día del Señor, festividad de San Casimiro, a cuarenta y dos dias de la Pascua y siete días después de la feria del ganao de Ulldemolins. El lugar, Santa Coloma de Farners, ressort gastronómico Sant Pere Cercada. La ruta, unos diez kilómetros infernales que antaño vieron el transcurrir del Cid y sus huestes camino del destierro durante las ocho horas que les duraron las baterías del GPS.

Por que ¿quién no ha sentido nunca la llamada del of-roh?? ¿Quién, a seis metros de una ciega de izquierdas, a 145 reales y con el punto muerto falso entre segunda y tercera, no ha visto claro un futuro de barro, rocas y sembraos? Yo, a Dios gracias, nunca. Pero no por ello soy insensible a la Llamada, y a veces oigo voces.
De momento, la de J.A. Muermeitor Lema; Miki, el Tigre de Levante; Percutín Salva, el Parri. Jaime, el más alto con diferencia, Patxi “cullooooonsss” Rutas, el único con defensas de cilindros, y yo mismo, el que a veces susurra a los llobarros.

A cualquiera que no haya oído la Llamada y que viva en el error, proclamo la creación del GORMI (Grupo Off Roh con Motos totalmente Inadecuadas), peña independiente dependiente del Ráfagas, bajo la advocación del abejorro, y le emplazo a participar en la salida inaugural que nos convertirá, con facilidad, en hermanos de leche (la que sin duda nos daremos…).